martes, 25 de septiembre de 2018

Cuando mamá muere



Recientemente, viví con dos personas a las que amo mucho, la muerte de sus respectivas mamás, mujeres maduras pero jóvenes, que dejaron un gran hueco en el corazón y en la vida de sus hijas, lo cual me hizo pensar en mi propia mortalidad y en el impacto que tendría en tu vida el día que pase. 

Me encanta la vida, mi abuela fue mi mejor maestra, me enseño a amarla no a padecerla,  aprendí que en todo podemos encontrar la felicidad, hasta en lo más pequeño y común, tú eres parte de esa felicidad que encuentro en la vida, quiero verte crecer y maravillarme con la persona en que te conviertas, quisiera llegar a ser anciana y morir en mi sueño, dentro de muchos años más, sin embargo, nadie sabe el día en que morirá y solo espero que mi día llegue cuando tú ya estés encaminada en la vida, sea cual sea tu decisión de cómo vivirla, sé que nadie está listo para perder a su mamá y ahora lo entiendo más que nunca.

Para ti soy esa persona que siempre está contigo que te conoce mejor que nadie y que desde tus primeros recuerdos esta ahí, se también que el día que me vaya no podré evitarte dolor y por mas que quiera, no podré dejarte preparada para mi ausencia.

Mi trabajo durante el tiempo que estemos juntas es hacerte sentir amada, que siempre sepas que eres mi más grande amor, nunca en la vida quise a nadie como a ti y por ese amor que te tengo es que quiero que sigas adelante, llora lo que tengas que llorar, no hagas caso a la gente que te diga, no llores, a ella no le gustaría verte así, claro que no me gusta verte sufrir, pero sé que tienes que dejar salir tu sentimiento y solo así lo sanarás, maldice lo que tengas que maldecir, que nadie te limite ni te contenga, negocia con Dios y si tienes que sentirte triste, siéntelo y déjalo ir, porque eventualmente vendrá la aceptación.

Mis brazos ya no estarán para reconfortarte, dejarás de escuchar mi voz, pero ten por seguro, que viviré en tu corazón, espero haber logrado que tengas recuerdos lindos de mí y de lo que vivimos juntas, que me perdones los malos momentos y los errores que seguro cometeré pero que nunca serán con la intención de lastimarte. 

Sigue tu vida, no te alejes de tu familia, reconoce a tus verdaderos amigos y ten cerca a aquellos que se vuelvan tú familia, porque serán los que te acompañen siempre en tu camino, la ley de la vida es así, yo me tengo que ir primero y tú seguirás adelante, siempre llévame en tu corazón que yo nunca te dejaré sola, te amo con todo mi corazón, mi maestra de vida,  te amaré siempre aunque ya no este contigo.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Recordando el 19 de septiembre de 2017

                               

                                    


A un año de vivir una de las experiencias más difíciles de mi vida, te escribo para contarte lo que el 19 de septiembre de 2017 significó en mi vida. 

Fue un día como cualquiera, estaba embarazada de ti de 3 meses, todavía no te sentía moverte y los ascos apenas estaban disminuyendo, mi embarazo lo viví muy tranquila pero sola, tu papá tenía que salir a trabajar y yo me quedaba en casa contigo en mi panza. 

Ese día hubo simulacro por el temblor de 1985, revisé la mochila de sismo y dejé todo como siempre estaba a la mano por cualquier emergencia real, estaba en cama recostada, porque todavía eran mis días de mucho sueño y cansancio, cuando escuché la alerta del celular e inmediatamente sonó la alerta sísmica de la calle y el primer jalón del piso, todo fue tan rápido que reaccione en un segundo, logré en unos cuantos pasos llegar a la sala a donde según nosotros era seguro y me tire al piso junto a un mueble, el movimiento no paraba, pero lo que seguía nadie lo esperaba.

De un momento a otro el piso brinco, escuchaba cristales romperse y objetos caerse, el tiempo era eterno, no pude más que gritar desde ese octavo piso y por momentos pensé, que tú y yo jamás volveríamos a ver a tu papá, yo me cubría la panza intentando protegerte de alguna manera pero la tierra no paraba de moverse. 

Cuando por fin se detuvo, logré salir de casa, mochila al hombro y gatitas en mano, bajar 8 pisos solo pensando en estar a salvo y cuidarte a ti. Las piernas me temblaban como nunca pero logré mantenerme en pie y seguir, estaba asustada pero no podía llorar, necesitaba ponerte a salvo y trate de mantenerme tranquila y tomar decisiones, la calle era confusión, el tráfico detenido, la gente llenando las calles, algunos asustados, llorando, otros callados, pero nadie sabía que había pasado, grietas en los edificios y entonces llegaron las imágenes de la verdadera magnitud de lo ocurrido, a unas calles de donde vivimos.

Las comunicaciones interrumpidas y solo podía saber de tu papá y de la familia por internet, horas pasaron hasta que papá y tu tío pudieron llegar con nosotras, sus caras de preocupación era evidentes, las noticias de edificios caídos y gente atrapada corrían por la red, a partir de ese momento, la ciudad se detuvo, la gente se volcó a las calles, todos intentamos ayudar cómo podíamos, llego el insomnio y el miedo de que hubiera más réplicas, ambulancias y patrullas pasaban día y noche, la ciudad estaba en silencio, el sentimiento de tristeza se respiraba, llorar a la menor noticia se volvió común. 

Salimos con tu papá con la intención de ayudar, nosotros decidimos comprar alimento para perros y gatos, que también estaban sufriendo esta tragedia, nos tocó recorrer las calles y ver a los jóvenes volcados ayudando, moviendo escombro, preparando comida, recolectando ropa, ver qué todos nos dábamos la mano sin mirar a quien, me hizo recordar que las peores tragedias pueden sacar lo mejor de nosotros, la hermandad era evidente, en ese mar de tristeza y confusión, nos ayudamos, nos apoyamos, demostramos compasión y amor entre nosotros. 

Yo espero que algún día entiendas que debemos hacer comunidad y ayudarnos entre nosotros, no es necesario vivir una experiencia así, para tener compasión y tenderle la mano a los demás, nunca busques tu beneficio si con ello pasas por encima de alguien más, disfruta la vida y vive feliz, abre tu corazón y deja que el amor fluya, no vivas con miedo, vive mi pequeño tesoro, que a pesar de todo, la vida hermosa y tienes mil historias hermosas por vivir.

martes, 11 de septiembre de 2018

Cuarto sardina



Desde que ibas a nacer tuvimos que hacer cambios en casa y uno de ellos fue dejar el cuarto de papá para hacerlo tu habitación. 

Seguramente para cuando leas estas cartas habrás notado que papá y mamá duermen en distintos cuartos, y para ti sea muy normal cómo lo es para nosotros. 

Tú papá y yo desde que éramos novios, platicamos sobre cada quien tener su espacio y dormir en cuartos separados, para nosotros es perfecto para descansar, para desconectarnos del mundo y es una manera de tener un espacio solos aun estando juntos,  sin embargo,  somos los raros,  cuando alguien sabe que dormimos separados, además de sentirse incómodos, pensando que tenemos problemas, la primera pregunta es ¿Porqué? y mi respuesta es ¿Porqué no?. 

Cuando supimos de tu llegada, ante la falta de espacio, tuvimos que suspender este acuerdo y adaptarnos a dormir juntos, con lo cual no tenemos ningún problema tampoco, solo dejamos de lado nuestro espacio.

Hace unos días, todos estaban dormidos, tú papá, tú, Maya y Kira (nuestras gatitas), y me quede pensando, en el que algún día fue mi cuarto, y ahora es de todos, entendí que este es el momento de estar todos juntos, tú seguirás durmiendo con nosotros, hasta que estemos seguros que es tu momento de dormir sola, sin prisas ni agendas, dormimos muy felices los 5 juntos.

No me canso de repetir que eres mi maestra de vida, me haz enseñado a ceder mi espacio, mi tiempo incluso mi vida, aprendo cosas de mí que no conocía, me siento una nueva persona desde que llegaste y se que muchas lecciones faltan por aprender. 

Por el momento, disfruto de nuestro cuarto sardina, despertar juntos ver tu primera sonrisa, reírnos de tus pláticas de madrugada, como giras como reloj por toda la cama y todo lo nuevo y fascinante que haces cada día, llegará el momento de regresar cada quien a su espacio (incluido tu papá y las gatitas) pero tomará tiempo y está bien por mí, hoy caben mis amores en un cuarto, más adelante, veremos que pasará.

Lactancia


Los días han pasado desde que te di de comer en tu primera hora de vida, el proceso de la lactancia es algo de lo que pocas mujeres hablan, pareciera ser tan natural y sencillo de hacer, cuando realmente no lo es para todas las mujeres.

Por un lado resulta empoderador saber que en ti, esta el mejor alimento para tu bebé y por el otro, es toda una responsabilidad el hacerlo de la manera correcta, lograr que tu mente y tu cuerpo, entren en sinergia para que tu leche fluya como debe hacerlo.

Hoy han pasado 3 meses y 3 semanas y hasta hoy llego la lactancia, quisiera que sepas que hice lo mejor que pude para que pudieras tener toda la leche que necesitabas, sin embargo mi cuerpo no respondió como yo esperaba.

Mis hormonas y mi emoción me jugaron una mala pasada y la vida no me dio para más, agradezco esos momentos en que solo fuimos tú y yo juntas, tenerte pegadita a mi cuerpo es de las cosas más hermosas que he experimentado, jamás olvidaré como te veías comiendo tan tranquila tan protegida. Aprendí gracias a esta etapa a sentirnos una misma, saber que yo era capaz de alimentarte me daba fuerza, y me hizo consciente de todo el poder que tengo depositado en mí para cuidarte y protegerte.

Nuevamente la realidad me topo de frente contra mis expectativas, tenía tan claro que la lactancia mínimo 6 meses era lo mejor para ti, que me siento tan culpable de solo haber sido capaz de hacerlo durante 3 meses, entiendo que mis emociones vencieron mis ganas y solo puedo decirte, lo siento, sufrí y lloré ese destete desde el fondo de mi corazón, tu falta de ganas de comer de mí, fue para mí nuestra primera separación, el primer paso lejos de ti, se que vendrán muchos más, porque somos 2 personas distintas unidas por el amor, solo quiero que sepas y nunca dudes, que hago lo mejor que puedo y todo lo hago por tí.

martes, 4 de septiembre de 2018

¿Cómo vives la Maternidad?



Nuestra primera vez separadas



Salir de casa sin tí es una mezcla de sentimientos, por un lado estás ansiosa por estar afuera en el mundo sin pañaleras y carreolas de por medio, por otro lado surge la duda de si tu bebé estará bien en tu ausencia, no importa que lo dejes con su papá o con alguien de confianza, siempre queda esa duda de no estoy yo con mi bebé. 

Estar sola te da esa sensación de libertad e independencia que haz perdido desde el embarazo, es dejar de ser la mamá por un instante y volver a ser tú, darte tu espacio y un respiro a todo lo que implica cuidar a un bebé. 

Es aprender poco a poco a separar esas dos mujeres en las que te haz convertido, la mamá que deja todo cuando su bebé llora, que lo contempla mientras duerme y que está al pendiente de satisfacer todas sus necesidades, muchas veces dejando las suyas de lado, otra es la mujer que tiene metas en la vida, sueños y anhelos que cumplir, que le gusta leer un libro, ver una serie, trabajar, estudiar, descansar, divertirse y salir al mundo. 

Estas dos mujeres tienen que convivir en una misma persona para no dejarse vencer una sobre la otra porque ambas son sumamente importantes. Encontrar el equilibrio es el reto, salir sin culpas confiando en que nuestro bebé estará bien sin nosotras, recargar pilas y retomar nuestro tiempo y nuestro espacio, reconstruirnos como mujeres y nunca dejar de lado nuestra identidad, sin sacrificios ni reproches, solo optando por ser una nueva versión, con diferentes prioridades pero con sueños y metas por cumplir.

La vida con Papá


Conformen pasan los días y encuentro sentido a mi nueva vida y papel de mamá, volteo y me doy cuenta que por momentos olvido a quien me acompaña desde el primer día, tu papá. 

La maternidad es un proceso muy personal es entre la madre y su bebé, es una conexión tan fuerte que resulta inexplicable, sin embargo, la vida me puso un compañero de vida que estaría conmigo en las buenas, malas y peores. 

Tu padre es quien me sostiene, me da su mano y nunca la a soltado, es quien hace parecer este camino tan sencillo que me dejo llevar por él, me da la oportunidad de dedicarme a ti sin preocuparme por las cuentas por pagar, me impulsa a seguir y no perderme, a regresar a mi centro y reestructurame en esta nueva vida, sin prisas ni reclamos, a mi tiempo y el tuyo, su presencia es tan sutil que a veces pasa desapercibida aunque no concibo mi vida sin él.

Ahora mas que nunca es que entiendo la palabra te amo, es una palabra que no debemos decir a la ligera, porque un te amo de tu papá a mi significa, cuidarme, abrazarme y no soltarme, le agradezco tanto la paciencia y el amor en esta etapa tan difícil para mi que no hay palabras que puedan expresarlo, solo intento demostrarle día a día lo importante que es para nosotras. 

Sé que es muy difícil para él entender todo lo que voy pasando contigo, pero lo intenta, jamás me juzga ni me presiona, me deja fluir y sé que no podría salir adelante si no estuviera a mi lado.

Hoy me reconstruyo, hoy rearmo mis pedazos y lo hago gracias a que tu padre está conmigo, yo no sé algún día que decidas hacer con tu vida, solo espero que si decides tener una pareja, te quiera el doble de lo que tu padre me quiere a mí y así estoy segura, te hará tan feliz como tu padre me hace a mí.