miércoles, 17 de octubre de 2018

La caída


Hoy pasó aquello que esperaba no sucediera, un descuido y te caíste de la cama, con desesperación te levante y te revisaba buscando algún golpe que te hubiera provocado la caída, físicamente estabas bien pero tu llanto cambio, estabas asustada, sin embargo, lograste calmarte increíblemente rápido, estuviste triste un rato y solo querías los brazos de mamá.

No pude evitar el sentimiento de culpa y el hueco en el estómago, cuando tú ya estabas a las risas y jugando, pensaba en cómo un error mío te lastimó, me sentí tan mala mamá y miserable por haberte lastimado.

Cuando naciste me dijeron que al parir, también nace el sentimiento de culpa, cada decisión que tomas por mínima que sea, decide tu destino, no traías un manual incluido, voy improvisando, dejando a mi instinto y mi corazón me digan que es lo mejor para tí, pero, cuando no lo logró y cometo algún error, la culpa me invade, recapitulo, corrijo y sigo adelante, porque esto no se detiene.

Pasarán muchos años en los que tendré que decidir por tí, algunas veces lo haré bien, otras mal, seguiré intentando las veces que sea necesario, éste, es el trabajo más retador de mí vida, el que requiere más precisión, mis decisiones van formando tu historia de vida, quisiera saber si hago lo correcto, tan solo te abrazo y dejo que mi amor por tí me guíe el camino. 

Ojalá existiera una capacitación o reglas a seguir para criarte, pero no las hay, nadie te enseña a ser mamá, es un instinto increíble que nace cuando tienes un hijo, pero con él, llegan la responsabilidad y el compromiso de hacer lo mejor y no siempre lo logramos.

Siento en el alma haberte dejado caer, jamás será mi intención lastimarte, eres una bebé que quiere conocer el mundo, te mueves y buscas tocar todo, estas abriendo tus ojos a la vida y es mi responsabilidad lograr que lo hagas de manera segura, pero en esta ocasión fallé.

Tu padre, ocultó su molestia ante mi llanto y mi remordimiento, aunque sus ojos lo delataron, solo me repetía qué debo tener cuidado y trataba de entender cómo habían pasado las cosas, aunque la respuesta era simple, te descuide.

Aquí seguimos mi pequeño tesoro, improvisando e intentando hacer lo mejor que puedo, estás a un paso de gatear y de ver el mundo de una manera completamente distinta, te acompaño paso a paso en tu camino por la vida, no me resta más que cuidarte y guiarte, solo esperando siempre hacerlo lo mejor posible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario