jueves, 25 de octubre de 2018

Limpieza al armario



Después de sacar la ropa de maternidad, tratando de buscar la ropa adecuada para mi nueva vida contigo, encontré toda la ropa que use en mi vida pasada, esa en la que sólo trabajaba y andaba de tacones todo el día, aquella en la que podía darme el lujo de usar ropa ajustada y zapatos incómodos.

Al verla me dio melancolía por lo vivido, recordé los viajes, corriendo en el aeropuerto para llegar a trabajar, las comidas de trabajo, las juntas interminables, los días de tráfico y los amigos que ahora parecen lejanos, porque dejamos de tener el trabajo en común y la vida nos llevó por diferentes caminos.

Al probarme esa ropa, caí en cuenta que ya no encajo en esa vida, mis días no requieren tacones ni ropa ajustada, ahora son más sencillos aunque igual o más cansados, sacar esa ropa que guarde con la esperanza de usarla nuevamente, fue sanar a esa mujer que ya nunca regresará, ahora, soy otra, ni más sabia ni más santa, solo distinta, ahora, mis días son acelerados y los vivo en casa, mi vida cambió por completo, deje atrás a esa mujer que algún día fue muy feliz e infeliz con su vida profesional.

Ahora mi prioridad es otra y estoy cuidando a mi más hermoso proyecto, agradezco por todo lo que viví y despido esa vida, sé que vendrán muchos más retos profesionales y mí siguiente reto es emprender por mi cuenta, sin embargo, siempre recordaré lo que fui, ahora, vivo mi nuevo yo, contigo a mi lado.

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