sábado, 17 de noviembre de 2018

Día mundial del prematuro


Agradezco a la vida, que estás rodeada de mujeres fuertes y entregadas que han luchado siempre por salir adelante , sin embargo, existe una en especial, que luchó desde el primer día de nacida, tú prima Miranda.

Ella es un ángel que llegó a los brazos de tus tíos a las 26 semanas, las probabilidades de que sobreviviera eran mínimas, pero tu prima, se aferró a la vida como nadie. Hospitales, medicamentos, incubadoras, todo era necesario para mantenerla con vida, los gastos y las preocupaciones se iban acumulando, lo único que nunca perdieron tus tíos fue la fé, de que su bebé saldría adelante.

Una mamá que ni la cesárea o el postparto la separaron de su hija, un papá dividido entre los gastos y la preocupación, toda una familia y amigos en espera de noticias, rezando día a día porque saliera adelante, enviándole amor a esa pequeña niña que vivía entre la vida y la muerte, pero que nunca se dejó vencer.

Estoy segura que Dios la mandó a este mundo con unos padres igual de fuertes que ella, para que juntos salieran adelante.

Tu prima tardo 102 días en llegar a casa, cada día era una lucha por sobrevivir, doctores y enfermeras día y noche ayudando a esta pequeña guerrera que luchaba por su vida. El universo tenía un plan para tu prima y ese fue llegar a cambiar la vida de toda una familia, enseñarnos que con fé y mucho amor todo es posible, que no hay que rendirnos, no importa lo pequeño que seas, la fuerza reside en tu interior. 

Espero que ustedes sepan todo el amor que nos tenemos tú tía y yo, solo esperamos que entiendan que no solo son primas por adopción, sino hermanas de vida, se amen y se respeten como nosotras lo hacemos. 

Sus historias de vida son totalmente distintas, pero el amor que las une siempre será el mismo. 



martes, 13 de noviembre de 2018

Nuestras primeras vacaciones


Al iniciar esta nueva vida, veía tan lejos lograr salir contigo de casa, por lo que unas vacaciones era algo que ni llegue a pensar, nuestros primeros meses juntas fueron tan complicados y agobiantes para mí que pensar en estar lejos de casa contigo parecía imposible.

Sin embargo, iniciamos con los planes de ir a la playa y con ellos muchas primeras veces a vivir. Empacar fue un reto que me llevó días poder lograr, hacer una lista detallada de todo lo que tenía que llevar, pensando en no olvidar nada que pudieras necesitar, y a la vez intentando no empacar de más para no cargar equipaje innecesario, fue toda una hazaña.

Nuevamente recurrí a mi tribu, preguntando sobre sus primeros viajes con sus bebés, consultar los chats y blogs de otras mamás con tips sobre cómo viajar con tu bebé, sin olvidar al pediatra, quien siempre facilita mi vida al ser el más relajado.

Después de días de hacer maletas en los pocos ratos que me así me lo permitías, llegó el día de viajar, siempre que veía a las mamás en el aeropuerto pensaba en lo cansado que debía ser estar ahí con un bebé, cuando para mí ya era descansar desde el inicio del viaje, pues estaba en lo correcto, es como una habilidad que desarrollamos al tener controlado todo, te preparas con comida, leche, cobijas de todo tipo, ligera, confortable y gruesa, ropa para quitar y poner de acuerdo al clima, juguetes, chupón y cualquier cosa que te distraiga y no te haga pegar de gritos en pleno vuelo, enloqueciendo a todos a nuestro alrededor. 

Como siempre fuiste una niña bien portada, tu papá y yo nos complicamos la vida por momentos, pero logramos vivir estas primeras vacaciones contigo, verte en la arena jugar, feliz y divertida, reírte a carcajadas con tus primos y a pesar del calor poco te quejaste, pudimos disfrutar, con algunas limitaciones, verte descubrir nuevas cosas.

Estas primeras vacaciones, nuevamente me enfrentaron con mi vida anterior, donde vacacionar era descanso total, desconectarte del mundo y solo disfrutar, ahora en esta nueva vida, el descanso no es físico, es solo mental, es aprender a disfrutar de otra manera la vida, contemplar el atardecer en el mar, ver los primeros rayos de sol, te hace valorar la maravilla de la vida, no, no fue igual que unas vacaciones solos, pero fueron unas vacaciones en familia, las primeras de muchas más juntos.