miércoles, 12 de diciembre de 2018

Formas de Amor



Cuando veo a tus tías y admiro de lejos, las redes de apoyo que tejieron con las abuelas de tus primos, pienso en lo diferente que es nuestra historia. Estas abuelas, se involucran con sus nietos, desde llevarlos a la escuela, cuidarlos en vacaciones o un día completo para dejar descansar a sus papás, nosotros vivimos una realidad distinta, nos tenemos los tres y no hay tiempos fuera, descansos ni días libres, nuestra red de apoyo es distinta, es más bien moral pero no física. 

Nuestra realidad nos lleva a seguir fortaleciendo nuestra tribu, armar esos lazos de amor que forma familias con nuestras amistades. Tu papá, tú y yo, somos un equipo, sin embargo, en nuestro camino hemos encontrado gente maravillosa que nos acompaña y que es parte de nuestra vida, aún sin tener lazos de sangre, ese amor es único, porque nos es dado sin condiciones y se extiende a tí mi pequeño tesoro. 

A veces me cuesta entender que no estamos solas, solo vivimos realidades distintas a las que viven tus primos y nuestra familia es un poco más pequeña pero su amor es infinito. 

Espero tener la sabiduría suficiente, para poder enseñarte que las personas no nos aman como nosotros quisiéramos, ni nos demuestran amor como nosotros lo esperamos, nos aman como saben hacerlo, desde sus vivencias y sus carencias, por eso es que existen muchas formas de demostrar amor, en la medida que dejamos de tener expectativas y somos conscientes de las historias de cada persona, aceptamos que el amor viene disfrazado de muchas formas, pero no deja de ser amor. 

Algún día encontrarás sentido a todo lo que te escribo y espero de todo corazón ayudarte a entender muchas cosas de la vida que yo tarde mucho más en aprender. Aquí seguimos mi pequeño tesoro juntas y sin pausas, buscando nuestro camino, armando nuestra vida, perdiendo el miedo a vivir y a fluir, sin duda eres mi reto más hermoso y agotador, pero aquí seguimos juntas en nuestro pequeño equipo.



sábado, 17 de noviembre de 2018

Día mundial del prematuro


Agradezco a la vida, que estás rodeada de mujeres fuertes y entregadas que han luchado siempre por salir adelante , sin embargo, existe una en especial, que luchó desde el primer día de nacida, tú prima Miranda.

Ella es un ángel que llegó a los brazos de tus tíos a las 26 semanas, las probabilidades de que sobreviviera eran mínimas, pero tu prima, se aferró a la vida como nadie. Hospitales, medicamentos, incubadoras, todo era necesario para mantenerla con vida, los gastos y las preocupaciones se iban acumulando, lo único que nunca perdieron tus tíos fue la fé, de que su bebé saldría adelante.

Una mamá que ni la cesárea o el postparto la separaron de su hija, un papá dividido entre los gastos y la preocupación, toda una familia y amigos en espera de noticias, rezando día a día porque saliera adelante, enviándole amor a esa pequeña niña que vivía entre la vida y la muerte, pero que nunca se dejó vencer.

Estoy segura que Dios la mandó a este mundo con unos padres igual de fuertes que ella, para que juntos salieran adelante.

Tu prima tardo 102 días en llegar a casa, cada día era una lucha por sobrevivir, doctores y enfermeras día y noche ayudando a esta pequeña guerrera que luchaba por su vida. El universo tenía un plan para tu prima y ese fue llegar a cambiar la vida de toda una familia, enseñarnos que con fé y mucho amor todo es posible, que no hay que rendirnos, no importa lo pequeño que seas, la fuerza reside en tu interior. 

Espero que ustedes sepan todo el amor que nos tenemos tú tía y yo, solo esperamos que entiendan que no solo son primas por adopción, sino hermanas de vida, se amen y se respeten como nosotras lo hacemos. 

Sus historias de vida son totalmente distintas, pero el amor que las une siempre será el mismo. 



martes, 13 de noviembre de 2018

Nuestras primeras vacaciones


Al iniciar esta nueva vida, veía tan lejos lograr salir contigo de casa, por lo que unas vacaciones era algo que ni llegue a pensar, nuestros primeros meses juntas fueron tan complicados y agobiantes para mí que pensar en estar lejos de casa contigo parecía imposible.

Sin embargo, iniciamos con los planes de ir a la playa y con ellos muchas primeras veces a vivir. Empacar fue un reto que me llevó días poder lograr, hacer una lista detallada de todo lo que tenía que llevar, pensando en no olvidar nada que pudieras necesitar, y a la vez intentando no empacar de más para no cargar equipaje innecesario, fue toda una hazaña.

Nuevamente recurrí a mi tribu, preguntando sobre sus primeros viajes con sus bebés, consultar los chats y blogs de otras mamás con tips sobre cómo viajar con tu bebé, sin olvidar al pediatra, quien siempre facilita mi vida al ser el más relajado.

Después de días de hacer maletas en los pocos ratos que me así me lo permitías, llegó el día de viajar, siempre que veía a las mamás en el aeropuerto pensaba en lo cansado que debía ser estar ahí con un bebé, cuando para mí ya era descansar desde el inicio del viaje, pues estaba en lo correcto, es como una habilidad que desarrollamos al tener controlado todo, te preparas con comida, leche, cobijas de todo tipo, ligera, confortable y gruesa, ropa para quitar y poner de acuerdo al clima, juguetes, chupón y cualquier cosa que te distraiga y no te haga pegar de gritos en pleno vuelo, enloqueciendo a todos a nuestro alrededor. 

Como siempre fuiste una niña bien portada, tu papá y yo nos complicamos la vida por momentos, pero logramos vivir estas primeras vacaciones contigo, verte en la arena jugar, feliz y divertida, reírte a carcajadas con tus primos y a pesar del calor poco te quejaste, pudimos disfrutar, con algunas limitaciones, verte descubrir nuevas cosas.

Estas primeras vacaciones, nuevamente me enfrentaron con mi vida anterior, donde vacacionar era descanso total, desconectarte del mundo y solo disfrutar, ahora en esta nueva vida, el descanso no es físico, es solo mental, es aprender a disfrutar de otra manera la vida, contemplar el atardecer en el mar, ver los primeros rayos de sol, te hace valorar la maravilla de la vida, no, no fue igual que unas vacaciones solos, pero fueron unas vacaciones en familia, las primeras de muchas más juntos.

miércoles, 31 de octubre de 2018

Día de Muertos



Llegó el Día de Muertos, y apenas hace 2 años que falleció mi abue, encontré sentido a honrar a nuestros difuntos, antes de eso, no había tenido una pérdida en mi vida que me marcará como la ausencia de ella. Saqué la foto de tu bisabuela y no pude evitar pensar, en lo feliz que hubiera sido con tu llegada, todas las oraciones serían pocas para agradecer a la Virgen María y a Santo Entierro tu nacimiento.

Cuando murió, fue un golpe directo al corazón, sentí un hueco en el estómago y unas ganas de llorar como nunca en mi vida, entendí, qué hay personas que marcan tu vida y sus ausencias te cambian para siempre.

Ella fue una mujer fuerte y decidida que siempre supo lo que quería, nunca necesito de nadie para ser feliz, con ella sola le bastaba, amaba y disfrutaba la vida, la soledad nunca fue su enemiga, más bien fue su compañera de vida.

Siempre tuvo una caricia y una palabra cariñosa para tu tía y para mí, todos nuestros logros los celebró y nuestras tristezas las lloró con nosotras. Sus brazos amorosos y sus manos frías siempre fueron nuestro refugio y hoy son nuestra mayor pérdida.

Mi abue vivirá en tí a través de todas las historias que tu tía y yo te contaremos, porque no hay recuerdo en nuestra infancia que no sea junto a ella. Recuerdo los viajes, las tardes con olor a café con pan, las mañanas de los Domingos viendo Chabelo con biberón de chocolate, aún cuando ambas teníamos más de 5 años, recuerdo caminar con ella por el centro de la ciudad una nieta en cada mano, recuerdo su abrazo, sus bendiciones y sus besos en la frente.

La vida me dejo gozarla por 34 años pero no fue suficiente, ahora que han pasado 2 años desde su partida, no puedo dejar de pensar en ella en mis mejores y peores momentos, siento su presencia, aunque sólo la pueda ver en sueños, como hubiera deseado que la conocieras, sé que en tí la encontraré, porque no me queda la menor duda, que ella te mandó a mi vida, mi abue nos cuida mi pequeño tesoro y espero poder enseñarte esa fuerza y amor por la vida que aprendí de ella. 

Abi te esperamos este Día de Muertos, visítanos, abrázanos fuerte y danos tu bendición, se que siempre estás a lado de tus niñas y aquí seguimos extrañándote, algún día volveremos a estar juntas las 3, no nos olvides, porque nosotras nunca lo haremos, vives siempre en nuestro corazón.

jueves, 25 de octubre de 2018

Cuando naciste, también nací como MAMÁ





Limpieza al armario



Después de sacar la ropa de maternidad, tratando de buscar la ropa adecuada para mi nueva vida contigo, encontré toda la ropa que use en mi vida pasada, esa en la que sólo trabajaba y andaba de tacones todo el día, aquella en la que podía darme el lujo de usar ropa ajustada y zapatos incómodos.

Al verla me dio melancolía por lo vivido, recordé los viajes, corriendo en el aeropuerto para llegar a trabajar, las comidas de trabajo, las juntas interminables, los días de tráfico y los amigos que ahora parecen lejanos, porque dejamos de tener el trabajo en común y la vida nos llevó por diferentes caminos.

Al probarme esa ropa, caí en cuenta que ya no encajo en esa vida, mis días no requieren tacones ni ropa ajustada, ahora son más sencillos aunque igual o más cansados, sacar esa ropa que guarde con la esperanza de usarla nuevamente, fue sanar a esa mujer que ya nunca regresará, ahora, soy otra, ni más sabia ni más santa, solo distinta, ahora, mis días son acelerados y los vivo en casa, mi vida cambió por completo, deje atrás a esa mujer que algún día fue muy feliz e infeliz con su vida profesional.

Ahora mi prioridad es otra y estoy cuidando a mi más hermoso proyecto, agradezco por todo lo que viví y despido esa vida, sé que vendrán muchos más retos profesionales y mí siguiente reto es emprender por mi cuenta, sin embargo, siempre recordaré lo que fui, ahora, vivo mi nuevo yo, contigo a mi lado.

miércoles, 17 de octubre de 2018

La caída


Hoy pasó aquello que esperaba no sucediera, un descuido y te caíste de la cama, con desesperación te levante y te revisaba buscando algún golpe que te hubiera provocado la caída, físicamente estabas bien pero tu llanto cambio, estabas asustada, sin embargo, lograste calmarte increíblemente rápido, estuviste triste un rato y solo querías los brazos de mamá.

No pude evitar el sentimiento de culpa y el hueco en el estómago, cuando tú ya estabas a las risas y jugando, pensaba en cómo un error mío te lastimó, me sentí tan mala mamá y miserable por haberte lastimado.

Cuando naciste me dijeron que al parir, también nace el sentimiento de culpa, cada decisión que tomas por mínima que sea, decide tu destino, no traías un manual incluido, voy improvisando, dejando a mi instinto y mi corazón me digan que es lo mejor para tí, pero, cuando no lo logró y cometo algún error, la culpa me invade, recapitulo, corrijo y sigo adelante, porque esto no se detiene.

Pasarán muchos años en los que tendré que decidir por tí, algunas veces lo haré bien, otras mal, seguiré intentando las veces que sea necesario, éste, es el trabajo más retador de mí vida, el que requiere más precisión, mis decisiones van formando tu historia de vida, quisiera saber si hago lo correcto, tan solo te abrazo y dejo que mi amor por tí me guíe el camino. 

Ojalá existiera una capacitación o reglas a seguir para criarte, pero no las hay, nadie te enseña a ser mamá, es un instinto increíble que nace cuando tienes un hijo, pero con él, llegan la responsabilidad y el compromiso de hacer lo mejor y no siempre lo logramos.

Siento en el alma haberte dejado caer, jamás será mi intención lastimarte, eres una bebé que quiere conocer el mundo, te mueves y buscas tocar todo, estas abriendo tus ojos a la vida y es mi responsabilidad lograr que lo hagas de manera segura, pero en esta ocasión fallé.

Tu padre, ocultó su molestia ante mi llanto y mi remordimiento, aunque sus ojos lo delataron, solo me repetía qué debo tener cuidado y trataba de entender cómo habían pasado las cosas, aunque la respuesta era simple, te descuide.

Aquí seguimos mi pequeño tesoro, improvisando e intentando hacer lo mejor que puedo, estás a un paso de gatear y de ver el mundo de una manera completamente distinta, te acompaño paso a paso en tu camino por la vida, no me resta más que cuidarte y guiarte, solo esperando siempre hacerlo lo mejor posible.

miércoles, 10 de octubre de 2018

La primera vez


Verte crecer es de las cosas más maravillosas en mi vida, me resulta increíble que cada día aprendes a mover y controlar tu cuerpo. Sostener tu cabeza, sucedió en una semana, seguir objetos y reconocer tu nombre también, voltearte fue en un segundo, acompañado de un buen susto y de correr hacia tí, con un miedo y habilidad, que nunca tuve, para evitar que te cayeras. 

En estos últimos días, ya cercano a que cumplas 6 meses, tu crecimiento es impresionante, todos los días logras hacer algo nuevo, agradezco a la vida tener la oportunidad de ser testigo de cómo descubres el mundo, soy la primera en presenciar todos tus cambios y sé, que son cosas que jamás se repetirán, por lo que me considero privilegiada, de poder estar contigo mientras exploras el mundo. Cada día estás más fuerte y segura al sentarte, haces nuevos movimientos, gestos y sonidos, no puedo más que contemplarte y sorprenderme de todo lo que vas logrando.

Tus primeros dientes, salieron de un día para otro, sin llantos, calentura, o diarrea como todo el mundo me dijo podría pasar, haces mi vida tan sencilla, que cuando me siento agobiada, solo basta con verte y recordar lo fácil que fluyes en la vida y me enseñas a mí a fluir de la misma manera. 

Hace unos días fuiste a tu primera clase de natación, pensé que el agua te haría llorar un poco, y nada de eso pasó, eras feliz en los brazos de papá, te veías segura y confiada de que estarías bien, como si supieras que tu padre jamás te soltará y estando con él no corres peligro, porque siempre te protegerá, eras feliz pataleando y salpicando agua, que nunca te escuchamos llorar.

Nuevamente, nos diste una lección de lo simple que es la vida para tí, creo firmemente que desde ahora, nos muestras cómo enfrentarás la vida más adelante, a tu tiempo, sin aspavientos y disfrutando cada cosa a la vez. 

Espero, mí pequeño tesoro, sigas viendo la vida de la misma manera, sin miedos, que los cambios los aceptes como son, parte del crecimiento, qué te dejes fluir con la misma naturalidad que ahora lo haces, viviendo el momento y feliz, espero tener la inteligencia para dejarte ser tú misma y jamás cortar tus alas.

martes, 2 de octubre de 2018

Mujeres independientes



Ahora que estamos juntas, me pongo a pensar, que tengo que hacer, para educarte como una mujer independiente, que tome sus propias decisiones y viva su vida como mejor le parezca. 

La sociedad, nos pide una serie de pasos a seguir en la vida, estudias, trabajas, te casas y tienes hijos, pero,  ¿Qué pasa cuando quieres hacer algo distinto?, vivir en otro país, viajar por el mundo, no casarte y no tener hijos, qué pasa si no seguimos ese plan al pie de la letra, que tenemos que hacer para atrevernos a hacer lo que queremos, sin preocuparnos por lo que piensan de nosotros.

Yo quiero que tú te atrevas a vivir como lo decidas, que seas libre, que nunca olvides a donde puedes regresar, pero que solo lo hagas cuando lo necesites, no por obligación de verme o porque tienes que hacerlo, sino por amor a tu familia, que te haga feliz estar con nosotros, recargues pila de mucho amor y sigas tu camino.

Espero lograr que seas una mujer fuerte que luche por lo que quiere, que nada ni nadie le diga que no puede hacerlo, que no sea yo, quien te diga que tus sueños son locos o imposibles, que sea la primera que te impulsa y te anima a volar, a crear tus propias historias, a vivir tu vida como mejor te parezca.

Hoy que estamos juntas, me comprometo a ser mejor persona, a curar mis heridas y mis prejuicios para no ensuciarte con ellos, a enseñarte que la belleza no reside en un físico bonito, sino en un corazón hermoso, que no importa los defectos,  eres única e irrepetible y eso te hace maravillosa, quiero que veas al mundo más allá de lo material y disfrutes su propia esencia.

Queda mucho camino por recorrer, solo espero ser una mamá consciente de que hago lo mejor que puedo, estoy muy lejos de ser perfecta, pero intentare con todas mis fuerzas lograr en ti, una mujer que viva, respire y piense mas allá de lo que nos dicta la sociedad, a ser fiel a ti misma. 

Por el momento, te abrazo, juego contigo y te digo cuánto te amo, me maravillo ante tus cambios, tú crecimiento e intento hacer lo que puedo, para que estés bien, no sé si lo haré bien o mal, solo sé que lo intento y en consciencia busco hacer lo mejor para ti, lo que mi instinto y mi corazón me dicta, muchas historias nos depara el destino y tenerte conmigo es la mejor historia que pude imaginar.

Decisiones de vida





Que tus decisiones reflejen tus sueños y no tus miedos

martes, 25 de septiembre de 2018

Cuando mamá muere



Recientemente, viví con dos personas a las que amo mucho, la muerte de sus respectivas mamás, mujeres maduras pero jóvenes, que dejaron un gran hueco en el corazón y en la vida de sus hijas, lo cual me hizo pensar en mi propia mortalidad y en el impacto que tendría en tu vida el día que pase. 

Me encanta la vida, mi abuela fue mi mejor maestra, me enseño a amarla no a padecerla,  aprendí que en todo podemos encontrar la felicidad, hasta en lo más pequeño y común, tú eres parte de esa felicidad que encuentro en la vida, quiero verte crecer y maravillarme con la persona en que te conviertas, quisiera llegar a ser anciana y morir en mi sueño, dentro de muchos años más, sin embargo, nadie sabe el día en que morirá y solo espero que mi día llegue cuando tú ya estés encaminada en la vida, sea cual sea tu decisión de cómo vivirla, sé que nadie está listo para perder a su mamá y ahora lo entiendo más que nunca.

Para ti soy esa persona que siempre está contigo que te conoce mejor que nadie y que desde tus primeros recuerdos esta ahí, se también que el día que me vaya no podré evitarte dolor y por mas que quiera, no podré dejarte preparada para mi ausencia.

Mi trabajo durante el tiempo que estemos juntas es hacerte sentir amada, que siempre sepas que eres mi más grande amor, nunca en la vida quise a nadie como a ti y por ese amor que te tengo es que quiero que sigas adelante, llora lo que tengas que llorar, no hagas caso a la gente que te diga, no llores, a ella no le gustaría verte así, claro que no me gusta verte sufrir, pero sé que tienes que dejar salir tu sentimiento y solo así lo sanarás, maldice lo que tengas que maldecir, que nadie te limite ni te contenga, negocia con Dios y si tienes que sentirte triste, siéntelo y déjalo ir, porque eventualmente vendrá la aceptación.

Mis brazos ya no estarán para reconfortarte, dejarás de escuchar mi voz, pero ten por seguro, que viviré en tu corazón, espero haber logrado que tengas recuerdos lindos de mí y de lo que vivimos juntas, que me perdones los malos momentos y los errores que seguro cometeré pero que nunca serán con la intención de lastimarte. 

Sigue tu vida, no te alejes de tu familia, reconoce a tus verdaderos amigos y ten cerca a aquellos que se vuelvan tú familia, porque serán los que te acompañen siempre en tu camino, la ley de la vida es así, yo me tengo que ir primero y tú seguirás adelante, siempre llévame en tu corazón que yo nunca te dejaré sola, te amo con todo mi corazón, mi maestra de vida,  te amaré siempre aunque ya no este contigo.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Recordando el 19 de septiembre de 2017

                               

                                    


A un año de vivir una de las experiencias más difíciles de mi vida, te escribo para contarte lo que el 19 de septiembre de 2017 significó en mi vida. 

Fue un día como cualquiera, estaba embarazada de ti de 3 meses, todavía no te sentía moverte y los ascos apenas estaban disminuyendo, mi embarazo lo viví muy tranquila pero sola, tu papá tenía que salir a trabajar y yo me quedaba en casa contigo en mi panza. 

Ese día hubo simulacro por el temblor de 1985, revisé la mochila de sismo y dejé todo como siempre estaba a la mano por cualquier emergencia real, estaba en cama recostada, porque todavía eran mis días de mucho sueño y cansancio, cuando escuché la alerta del celular e inmediatamente sonó la alerta sísmica de la calle y el primer jalón del piso, todo fue tan rápido que reaccione en un segundo, logré en unos cuantos pasos llegar a la sala a donde según nosotros era seguro y me tire al piso junto a un mueble, el movimiento no paraba, pero lo que seguía nadie lo esperaba.

De un momento a otro el piso brinco, escuchaba cristales romperse y objetos caerse, el tiempo era eterno, no pude más que gritar desde ese octavo piso y por momentos pensé, que tú y yo jamás volveríamos a ver a tu papá, yo me cubría la panza intentando protegerte de alguna manera pero la tierra no paraba de moverse. 

Cuando por fin se detuvo, logré salir de casa, mochila al hombro y gatitas en mano, bajar 8 pisos solo pensando en estar a salvo y cuidarte a ti. Las piernas me temblaban como nunca pero logré mantenerme en pie y seguir, estaba asustada pero no podía llorar, necesitaba ponerte a salvo y trate de mantenerme tranquila y tomar decisiones, la calle era confusión, el tráfico detenido, la gente llenando las calles, algunos asustados, llorando, otros callados, pero nadie sabía que había pasado, grietas en los edificios y entonces llegaron las imágenes de la verdadera magnitud de lo ocurrido, a unas calles de donde vivimos.

Las comunicaciones interrumpidas y solo podía saber de tu papá y de la familia por internet, horas pasaron hasta que papá y tu tío pudieron llegar con nosotras, sus caras de preocupación era evidentes, las noticias de edificios caídos y gente atrapada corrían por la red, a partir de ese momento, la ciudad se detuvo, la gente se volcó a las calles, todos intentamos ayudar cómo podíamos, llego el insomnio y el miedo de que hubiera más réplicas, ambulancias y patrullas pasaban día y noche, la ciudad estaba en silencio, el sentimiento de tristeza se respiraba, llorar a la menor noticia se volvió común. 

Salimos con tu papá con la intención de ayudar, nosotros decidimos comprar alimento para perros y gatos, que también estaban sufriendo esta tragedia, nos tocó recorrer las calles y ver a los jóvenes volcados ayudando, moviendo escombro, preparando comida, recolectando ropa, ver qué todos nos dábamos la mano sin mirar a quien, me hizo recordar que las peores tragedias pueden sacar lo mejor de nosotros, la hermandad era evidente, en ese mar de tristeza y confusión, nos ayudamos, nos apoyamos, demostramos compasión y amor entre nosotros. 

Yo espero que algún día entiendas que debemos hacer comunidad y ayudarnos entre nosotros, no es necesario vivir una experiencia así, para tener compasión y tenderle la mano a los demás, nunca busques tu beneficio si con ello pasas por encima de alguien más, disfruta la vida y vive feliz, abre tu corazón y deja que el amor fluya, no vivas con miedo, vive mi pequeño tesoro, que a pesar de todo, la vida hermosa y tienes mil historias hermosas por vivir.

martes, 11 de septiembre de 2018

Cuarto sardina



Desde que ibas a nacer tuvimos que hacer cambios en casa y uno de ellos fue dejar el cuarto de papá para hacerlo tu habitación. 

Seguramente para cuando leas estas cartas habrás notado que papá y mamá duermen en distintos cuartos, y para ti sea muy normal cómo lo es para nosotros. 

Tú papá y yo desde que éramos novios, platicamos sobre cada quien tener su espacio y dormir en cuartos separados, para nosotros es perfecto para descansar, para desconectarnos del mundo y es una manera de tener un espacio solos aun estando juntos,  sin embargo,  somos los raros,  cuando alguien sabe que dormimos separados, además de sentirse incómodos, pensando que tenemos problemas, la primera pregunta es ¿Porqué? y mi respuesta es ¿Porqué no?. 

Cuando supimos de tu llegada, ante la falta de espacio, tuvimos que suspender este acuerdo y adaptarnos a dormir juntos, con lo cual no tenemos ningún problema tampoco, solo dejamos de lado nuestro espacio.

Hace unos días, todos estaban dormidos, tú papá, tú, Maya y Kira (nuestras gatitas), y me quede pensando, en el que algún día fue mi cuarto, y ahora es de todos, entendí que este es el momento de estar todos juntos, tú seguirás durmiendo con nosotros, hasta que estemos seguros que es tu momento de dormir sola, sin prisas ni agendas, dormimos muy felices los 5 juntos.

No me canso de repetir que eres mi maestra de vida, me haz enseñado a ceder mi espacio, mi tiempo incluso mi vida, aprendo cosas de mí que no conocía, me siento una nueva persona desde que llegaste y se que muchas lecciones faltan por aprender. 

Por el momento, disfruto de nuestro cuarto sardina, despertar juntos ver tu primera sonrisa, reírnos de tus pláticas de madrugada, como giras como reloj por toda la cama y todo lo nuevo y fascinante que haces cada día, llegará el momento de regresar cada quien a su espacio (incluido tu papá y las gatitas) pero tomará tiempo y está bien por mí, hoy caben mis amores en un cuarto, más adelante, veremos que pasará.

Lactancia


Los días han pasado desde que te di de comer en tu primera hora de vida, el proceso de la lactancia es algo de lo que pocas mujeres hablan, pareciera ser tan natural y sencillo de hacer, cuando realmente no lo es para todas las mujeres.

Por un lado resulta empoderador saber que en ti, esta el mejor alimento para tu bebé y por el otro, es toda una responsabilidad el hacerlo de la manera correcta, lograr que tu mente y tu cuerpo, entren en sinergia para que tu leche fluya como debe hacerlo.

Hoy han pasado 3 meses y 3 semanas y hasta hoy llego la lactancia, quisiera que sepas que hice lo mejor que pude para que pudieras tener toda la leche que necesitabas, sin embargo mi cuerpo no respondió como yo esperaba.

Mis hormonas y mi emoción me jugaron una mala pasada y la vida no me dio para más, agradezco esos momentos en que solo fuimos tú y yo juntas, tenerte pegadita a mi cuerpo es de las cosas más hermosas que he experimentado, jamás olvidaré como te veías comiendo tan tranquila tan protegida. Aprendí gracias a esta etapa a sentirnos una misma, saber que yo era capaz de alimentarte me daba fuerza, y me hizo consciente de todo el poder que tengo depositado en mí para cuidarte y protegerte.

Nuevamente la realidad me topo de frente contra mis expectativas, tenía tan claro que la lactancia mínimo 6 meses era lo mejor para ti, que me siento tan culpable de solo haber sido capaz de hacerlo durante 3 meses, entiendo que mis emociones vencieron mis ganas y solo puedo decirte, lo siento, sufrí y lloré ese destete desde el fondo de mi corazón, tu falta de ganas de comer de mí, fue para mí nuestra primera separación, el primer paso lejos de ti, se que vendrán muchos más, porque somos 2 personas distintas unidas por el amor, solo quiero que sepas y nunca dudes, que hago lo mejor que puedo y todo lo hago por tí.

martes, 4 de septiembre de 2018

¿Cómo vives la Maternidad?



Nuestra primera vez separadas



Salir de casa sin tí es una mezcla de sentimientos, por un lado estás ansiosa por estar afuera en el mundo sin pañaleras y carreolas de por medio, por otro lado surge la duda de si tu bebé estará bien en tu ausencia, no importa que lo dejes con su papá o con alguien de confianza, siempre queda esa duda de no estoy yo con mi bebé. 

Estar sola te da esa sensación de libertad e independencia que haz perdido desde el embarazo, es dejar de ser la mamá por un instante y volver a ser tú, darte tu espacio y un respiro a todo lo que implica cuidar a un bebé. 

Es aprender poco a poco a separar esas dos mujeres en las que te haz convertido, la mamá que deja todo cuando su bebé llora, que lo contempla mientras duerme y que está al pendiente de satisfacer todas sus necesidades, muchas veces dejando las suyas de lado, otra es la mujer que tiene metas en la vida, sueños y anhelos que cumplir, que le gusta leer un libro, ver una serie, trabajar, estudiar, descansar, divertirse y salir al mundo. 

Estas dos mujeres tienen que convivir en una misma persona para no dejarse vencer una sobre la otra porque ambas son sumamente importantes. Encontrar el equilibrio es el reto, salir sin culpas confiando en que nuestro bebé estará bien sin nosotras, recargar pilas y retomar nuestro tiempo y nuestro espacio, reconstruirnos como mujeres y nunca dejar de lado nuestra identidad, sin sacrificios ni reproches, solo optando por ser una nueva versión, con diferentes prioridades pero con sueños y metas por cumplir.

La vida con Papá


Conformen pasan los días y encuentro sentido a mi nueva vida y papel de mamá, volteo y me doy cuenta que por momentos olvido a quien me acompaña desde el primer día, tu papá. 

La maternidad es un proceso muy personal es entre la madre y su bebé, es una conexión tan fuerte que resulta inexplicable, sin embargo, la vida me puso un compañero de vida que estaría conmigo en las buenas, malas y peores. 

Tu padre es quien me sostiene, me da su mano y nunca la a soltado, es quien hace parecer este camino tan sencillo que me dejo llevar por él, me da la oportunidad de dedicarme a ti sin preocuparme por las cuentas por pagar, me impulsa a seguir y no perderme, a regresar a mi centro y reestructurame en esta nueva vida, sin prisas ni reclamos, a mi tiempo y el tuyo, su presencia es tan sutil que a veces pasa desapercibida aunque no concibo mi vida sin él.

Ahora mas que nunca es que entiendo la palabra te amo, es una palabra que no debemos decir a la ligera, porque un te amo de tu papá a mi significa, cuidarme, abrazarme y no soltarme, le agradezco tanto la paciencia y el amor en esta etapa tan difícil para mi que no hay palabras que puedan expresarlo, solo intento demostrarle día a día lo importante que es para nosotras. 

Sé que es muy difícil para él entender todo lo que voy pasando contigo, pero lo intenta, jamás me juzga ni me presiona, me deja fluir y sé que no podría salir adelante si no estuviera a mi lado.

Hoy me reconstruyo, hoy rearmo mis pedazos y lo hago gracias a que tu padre está conmigo, yo no sé algún día que decidas hacer con tu vida, solo espero que si decides tener una pareja, te quiera el doble de lo que tu padre me quiere a mí y así estoy segura, te hará tan feliz como tu padre me hace a mí.

martes, 28 de agosto de 2018

Cuarto Trimestre



Cuando estaba embazada, escuché muchas veces sobre el cuarto trimestre, esos 3 meses posteriores a que nacieras, no entendía muy bien a qué se referían y pensaba que era un poco el proceso de adaptación al nacimiento del bebé. 

Ahora que estás cumpliendo 3 meses entiendo perfecto porque agregan ese 4 trimestre al proceso del embarazo, puedo ahora describirlo como la separación, es el momento en que nace tu bebé, lo tienes en tus manos , empiezas a conocerlo y te empiezas a conocer como madre, es un tiempo de hormonas y cambios, es enfrentarte con tu propio ser y hacerlo con un bebé en brazos. 

Sin duda para mí la parte más retadora de todo este proceso, mi cuerpo estaba sanando sus heridas y recuperando fuerzas del parto y mis emociones estaban atravesando todos los sentimientos posibles, acompañados de miles de hormonas, el desgaste es impresionante, aunado a que estás en el proceso de conocer a una personita nueva.

Tu pediatra, en una visita prenatal me dio como contesto a toda una lista de preguntas que le quise hacer antes de tu llegada, y la mejor respuesta que pude recibir es, conoce a tu bebé, deja que el tiempo pase y se conozcan, no sabes como lleva verdad eso. 

Cuando naciste no sabía si tendrías frío o calor, si dormirías mucho o poco, si te gustaría dormir tapada o no, y un sin fin de cosas que vas descubriendo conforme el paso de los días, sin embargo, para alguien como yo, soltar el control y toparme con sorpresas fue todo un reto, tu me enseñaste que no hay prisa, que debo darte tu tiempo y me indicaras el camino, fui aprendiendo y solo esperaba no estar haciéndolo mal.

Ahora mas que nunca entiendo a que se referían al hablar sobre el cuarto trimestre, tus emociones están acomodándose, tu cuerpo está casi recuperado y por fin conoces mucho mejor a tu bebé, el miedo disminuye, empiezas tus nuevas rutinas y toda tu vida ahora si se acomoda nuevamente a tu llegada, para mí a sido el inicio de disfrutar mi etapa de mamá y no padecerla, dejarme llevar y fluir con todo lo que este proceso lleva sin prisas ni reglas, entendí que necesitamos ese cuarto trimestre para sanar, para adaptarnos y para disfrutar a nuestros pequeños, como yo te estoy disfrutando a ti hija.

Pensamiento

Este pensamiento lo encontré en un departamento y precisamente estaba embarazada cuando lo leí por primera vez, ahora que te tengo entre mis brazos espero lo leas algún día y entiendas que solo espero que seas feliz, la vida no es fácil y no podré evitarte muchos dolores y malas experiencias, pero si espero que sepas que siempre estaré para darte toda la fuerza y el amor que necesites para seguir adelante



Me gustaría que voláras, pero me gustaría mas volar contigo. Espero que el viaje sea hermoso. 

No espero que pienses como yo. Solo espero que pienses, sin ataduras ni prejuicios.

Espero tu felicidad.  

Espero que entiendas que el tiempo nunca es una limitante. Nunca es demasiado pronto o demasiado tarde para comenzar... Para ser lo que tú quieras ser,

Puedes, si quieres, dejarlo todo y cambiar. Para y gira cuando quieras. No sigas solo por agradar. 

Espero que te sorprendas, que te emociones, que conozcas mundos lejanos. Espero que conozcas personas que piensen diferente.

Espero que sientas tu estomago y todo tu ser vibrar. 

Espero que rías y que llores, no importa por qué o por quien si eso alivia tu alma.

Espero que vivas y ames con una pasión desbordante. 

Espero que estés profundamente orgullosa de la vida que hayas decidido elegir. 

Espero que entiendas que la mejor manera de honrar a alguien es superándolo.  

Espero que cuando bajes la cabeza sea solo para tenderle la mano a quien lo necesite. Pero si no es así y todo va mal, espero que tengas el coraje, la fuerza y la determinación para empezar una vez más.

Y espero que quien sea tu pareja en este viaje, te ame la mitad de lo que te amo yo.

martes, 21 de agosto de 2018

¿Ama de casa?


Actualmente la sociedad nos exige a las mujeres tener muchos más roles que en épocas pasadas, la mujer debe ser esposa, madre, exitosa profesionalmente y contribuir a la economía del hogar, mantenerse en línea y estar siempre arreglada y de buen humor. 

Todas estas exigencias nos hacen agobiarnos cuando no logramos cumplir con alguna de estas expectativas. 

Yo decidí hija, quedarme en casa contigo más tiempo, no quería que fueras una hija de fin de semana y que estuvieras todo el día en la guardería mientras tu papá y yo salíamos a trabajar.

No te puedo negar, que las primeras veces que tuve que decir que era ama de casa, sentí mucha vergüenza, es como sentir que no hago nada, es increíble que le hemos quitado el valor a cuidar a nuestros hijos y familia, cada que te veo hacer cosas nuevas y como creces día a día me confirmo que tome una buena decisión, esto no es un sacrificio, ni tengo porque frustrarme, agradezco a la vida que tengo la oportunidad de hacer una pausa y disfrutarte porque no todas las mamás pueden hacerlo, lo considero un lujo, verte crecer y abrazarte todo el tiempo que pueda.

Eventualmente regresaré al mundo y reestructuraré mi vida de manera que tú y yo estemos juntas, sin embargo, esta transición de mujer trabajadora e independiente a ama de casa y cuidadora de bebés, por momentos me produce ansiedad y me hace exigirme que debo estár allá afuera, cuando pensando detenidamente estoy cumpliendo con una gran labor, estoy criando un ser humano, dándole todo el amor y el cariño suficiente para que se enfrente al mundo, no es una tarea que debamos menospreciar ni juzgar, es mi momento de conectar contigo mi preciosa y así es como decidí vivir mi maternidad, a tu lado, hasta que llegue el momento en que nos separemos y será en el momento adecuado para las dos. 

Estoy convencida de que es lo mejor para ambas y seguiré así el tiempo que haga sentido vivir mi maternidad junto a tí.

Día del Padre

Hace unos días festejamos el Día del padre y coincidió con que estamos en épocas mundialistas, es el primer Día del padre que pasas con tu papá y decidimos quedarnos en casa, ver el partido de México y pasar un Domingo en familia, iniciamos el día muy temprano, son los primeros fines de semana que pasamos juntos los tres, estamos en proceso de adaptarnos porque en verdad hija, tu papá y yo estábamos tan acostumbrados a estar solos que estos primeros días juntos a sido todo un reto, estamos cambiando nuestras rutinas y nuestro espacio para que entres en nuestra vida.

Tu papá como cada fin de semana se encarga de ti, te da de comer, te cambia pañal y juega mucho contigo, se la pasan a las risas platicando y jugando, y este no fue la excepción. 

De tanto jugar contigo estuviste despierta todo el día y aunque ambos estábamos cuidándote se nos hizo el día larguísimo y cansado, está comprobado que cuidar a un bebé es más cansado que salir a trabajar y ahora es que lo confirmo, sin embargo, tu papá nunca dejo de reírse contigo y de agarrarte a besos. 

Ojalá algún día llegues a comprender todo el amor que te tiene tu papá, desde el primer día que te conoció no pudo contener las lágrimas de la emoción, no quería soltarte, fue el primero en cargarte y no te soltó de sus brazos, ni te soltará, puedo asegurarte hija que tendrás el privilegio de tener un papá que te cuidará toda la vida y que se va a partir el alma para que seas feliz, agradezco a la vida por ponerlo en mi camino y hacerlo mi compañero de vida, tu hermano me lo dijo cuando supo que llegarías, es el mejor papá del mundo.

Si algún día decides hacer tu vida con alguien, espero encuentres una pareja tan amorosa y responsable como tu padre lo es con nosotras, nunca te conformes, siempre busca el amor y la felicidad, porque no siempre van de la mano, busca a alguien que te respete que te acompañe y que no quiera soltar tu mano, la belleza se esfuma, la pasión se pasa, pero el respeto, el amor y la compresión son lo que prevalece.

martes, 31 de julio de 2018

Malas mamás


En una reunión de yoga, conocí a una mujer de esas personas bastante directas en sus comentarios que hablan sin tapujos y dicen lo que piensan. Empezamos a platicar y resultó que ella es mamá de una niña de 18 años, y salió todo este tema de cómo las mamás no hablamos de lo complicado que es la maternidad. 

Coincidimos, en que disfrazamos los malos sentimientos y los problemas de la maternidad con frases como:  vale la pena, crecen tan rápido, y la mejor de todas, es una bendición. Por otro lado estamos las que somos consideradas malas mamás, porque decimos estoy cansada, esto es muy difícil, no me lo esperaba así, lo que no quiere decir que no te ame hija con todo mi corazón, solo soy honesta con lo que siento y ser mamá es mas complicado de lo que te cuentan.

No puedo negarte que siento un poco de paz en mi corazón, cuando descubro que no soy la única que se siente así, que somos varias por no decir muchas mamás que este nuevo rol en nuestras vidas no está costando trabajo asimilarlo y tenemos que ir un día a la vez.

Ahora que soy mamá, me doy cuenta que es un tema del que todas hablan, pero muy pocas comparten esos días malos, los días en los que no sabemos como calmar a nuestro bebé, los desvelos, la incertidumbre, son temas que no discutimos, solo hablamos de lo bonito y de lo hermoso que es ser mamá, porque en verdad lo es, verte crecer, abrazarte y sentir tu cuerpecito es algo increíble, amas a tu bebe como nunca haz amado nada en tu vida, pero aun así es difícil.

Hablar de la realidad de la maternidad, pareciera que te hace una mala mamá, por no encajar en la expectativa de felicidad por tener hijos, algunas fluyen muy natural, otras tardamos en procesarlo y así cada mamá hace lo mejor que puede con lo que tiene.

Tipos de Maternidad


Mi doula y asesora de lactancia,  han sido clave en este inicio de la maternidad, encontré en ellas mujeres fuertes, amorosas y madres trabajadoras que entienden la etapa que vivimos tu y yo, encuentran espacio dentro de toda su vida  para preguntarme cómo estoy y cómo me siento, lo que para mí estando sola en esta gran ciudad, es como sentirme en casa y rodeada de seres queridos.

Platicamos sobre los distintos tipos de maternidad,  están aquellas mamás que aseguran que esta etapa es la más feliz de sus vidas, por otro lado, están las que tienen dificultades, pero aun así, están convencidas de que vale la pena y finalmente estamos aquellas mamás que afirmamos que no imaginábamos que esto fuera así de complicado.

Todas son realidades distintas pero maternidades muy válidas, por momentos cometo el error de juzgar a esas mamás que están convencidas de que la maternidad es lo mejor en sus vidas, cuando la tolerancia es identificar las diferencias y aprender a respetarlas, seguramente ellas no entienden a las mamás que estamos luchando por adaptarnos a la maternidad, cuando en ellas es tan natural, sin embargo, debemos aprender a apoyarnos entre nosotras, a no juzgarnos en nuestras diferencias.

En lo que si estoy segura coincidimos, es en lo importante o más bien vital que es tener una red de apoyo, sentirte escuchada por otras mamás, saber que no eres la única qué pasa por esto y que será temporal, que importante es ver mamás empoderadas que trabajan, cuidan a sus hijos y salen al mundo, esto nos ayuda a aquellas que seguimos en casa decididas a cuidar a nuestros bebés a pensar que algún día, no muy lejano, igualmente regresaremos con una nueva versión de nosotras, pero regresaremos. 

Ojalá logre enseñarte hija que las mujeres debemos cuidarnos entre nosotras, no atacarnos, solo nosotras vivimos la maternidad y la entendemos, necesitamos de nuestros lazos para sacarla adelante día a día, no debemos vivir asiladas, sino estar en comunalidad, ahora más que nunca atesoro a todas las mujeres que han llegado a mi vida en esta etapa y que me han ayudado a salir adelante, con sus palabras, con su ejemplo, con su compañía, cuidémonos las unas a las otras y ayudémonos siempre.

Para todas las mamás


martes, 24 de julio de 2018

¿Qué es la maternidad?


Cuando era niña, aprendí que la maternidad era un sacrificio, dejar  de lado tu vida por el bienestar de tus hijos, quedarte en casa cuidándolos, era algo que iba a limitar tu crecimiento profesional, y a frustrarte durante varios años hasta que crecieran y pudieras retomar tu vida, la cual, quedaba de lado, en todos esos años estarías solo pensando en lo mejor para tus hijos y tu vida no importaría, así es como yo entendí la maternidad. 

Desde muy pequeña, afirme que no me casaría ni tendría hijos, no encontraba sentido a sacrificarte tanto por nadie, qué valor puede tener dejarte de lado, por alguien que cuando crezca puede o no agradecerlo, porque según lo que yo aprendí los hijos son ingratos y no agradecen tus sacrificios. 

Bajo esta perspectiva es que toda mi vida asegure no necesitar ni querer tener un hijo, la palabra sacrificio no estaba en mi vocabulario. Sin embargo la vida me llevo por otro camino y aquí estás tú, eres perfecta hija, eres eso que no pedí, pero llegaste, con todo lo que necesitaba, ahora estoy intentando en mi cabeza reestructurar el sentido de la maternidad y conectarme con ella, encontrando un punto medio entre lo que muchas describen como una bendición y lo que otras llaman un sacrificio. 

Por esa razón es que me encuentro en búsqueda de ese punto medio, ahora que vivo día a día contigo, voy entendiendo que esto no es un sacrificio, es una decisión, estar en casa contigo y conocernos poco a poco, me a dado otra perspectiva, puedo decirte también que tampoco es una bendición, porque es cansado y tedioso hacer muchas veces lo mismo y tener en tus manos la vida de otra persona.

Para mí es un punto medio, disfruto conocerte día a día, decidí estar en casa contigo para verte crecer, y por esa razón deje en pausa mi vida profesional para reconfigurarme y encontrar nuevas metas, siempre consciente que esta fue mi decisión y no me arrepiento de ella.

Lo que quisiera decirte hija es que estoy buscando conectar ese lado maternal que siempre estuvo desconectado, entender que estoy creando mi mayor obra y quiero hacerlo lo mejor posible, cuidarte y que seamos felices juntas, sin dejar de lado que soy mujer y que quiero vivir mi nueva vida, en la que no todo sean pañales y leche, para volver a sentirme productiva laboralmente y con nuevas metas por alcanzar, ese es mi más grande reto.



Ser mujer



Hoy empezamos nuestro día como siempre dándote pecho y de ahí biberón, te acosté en tu cunita junto a mí y estuve observando cómo te movías, los sonidos que hacías y quisiera poder grabarlos en mi mente y recordar siempre estos momentos. 

Tienes unas calcetas hermosas que simulan zapatitos y te vez preciosa con ellas, te veo tan pequeñita y a la vez tan fuerte. Cuando te veo dormir así, me gustaría saber que sueñas, en que piensas y que sientes, es increíble esto de dar vida a otro ser humano, cómo logramos las mujeres gestar un bebé y traerlo al mundo y en un instante por cuestión de instinto sabemos como cuidarlo, todo eso me maravilla, a veces no nos damos cuenta del poder y la fuerza que tenemos, si nos detuviéramos a pensar desde nuestro embarazo, lo que pasamos desde las náuseas, mareos y cansancio, lo que estira nuestra piel y lo que pasa en nuestro cuerpo durante 9 meses, no dudaríamos que somos increíblemente fuertes. 

Llega el día del parto y alguien me dijo un día, de un parto sales empoderada, es totalmente cierto, no sabes de donde sacaste la fuerza para aguantar tanto dolor pero esa fuerza llega desde el interior y nos regresa a nuestros instintos más primitivos, con los cuales somos capaces de traer al mundo a un ser humano. Después del parto, básicamente como correr un maratón, bajas aproximadamente 6 kilos al nacer tu bebé, de ahí viene la lactancia, sin pausas ni tiempo para recuperarte tu bebé está ahí y te necesita, aunque tú y tu cuerpo estén apenas en recuperación, vuelves a sacar fuerza de tu interior y logras encargarte de tu bebé.

Por eso hoy, te veo dormir y pienso que tengo una guerrera junto a mï, una gran mujer que puede ser lo que ella decida, que labrará su vida con un camino distinto al mío y tendré el privilegio de acompañarla el resto de su vida, hoy es mi momento de cuidarte, más adelante tu misma lo harás, ya no serás ese pedacito de cielo que está en mi cama y que necesita todo el tiempo de mí, solo seré tu compañera de viaje y veré maravillada lo que decides hacer con tu vida.

martes, 17 de julio de 2018

Expectativas vs Realidades


Llegó el día de concluir el curso sicoprofilactico de preparación para el parto, con la clase de postparto,  asistimos tres mamás, todas con nuestros bebés, eran dos niños y tú la única niña. Empezamos compartiendo nuestras experiencias del parto y como lo vivimos, y todas coincidimos en algo, nuestras expectativas estaban muy lejos de nuestras realidades, planeamos cómo queríamos que fuera el parto, natural, sin intervenciones, respetado y ninguna logró cumplir con todo lo que tenía planeado. La realidad se encarga de pegarnos de frente y enseñarnos que en la maternidad tienes que aprender a soltar, no hay planes que se cumplan al pie de la letra, no es receta de cocina y vas viviendo día a día con la realidad que se te va presentando.

Una de las mamás contó la historia de su parto, ella intentó como una guerrera que su parto fuera natural, estuvo horas y días intentando, sin embargo no pudo ser y termino en una cesárea, talvez uno se pregunta ¿Que fue lo qué pasó? , ¿Porque no pudo nacer su bebé natural?, y la respuesta es simple, porque así sucedió, las expectativas y las realidades nos enseñan que en la maternidad nada está escrito y debemos adaptarnos a nuestra realidad. 

Una cesárea o un parto vaginal no te hace ni más ni menos mujer, por tener una cesárea  no eres floja y mucho menos es la salida más fácil . Traer al mundo a tu hijo es todo un reto sin importar como haya nacido, dejemos de juzgarnos entre nosotras, esto no es una competencia, hacemos lo que mejor podemos con nuestros recursos, debemos darnos un respiro, estamos haciendo un trabajo muy difícil para el cual no hay capacitación, escuela ni preparación, lo hacemos por instinto y mucho amor. Ninguna mamá es mejor que otra solo somos diferentes y estamos como todas, adaptándonos a la maternidad.

Regreso a casa


Después de un mes de estar con tus abuelos, llenando mi corazón de amor de familia y  amigos, regresó a México, el departamento era el mismo, pero se veía de diferente color, más luz y más espacio, era como si fuera un lugar distinto al que deje, era como si lo apreciara con otros ojos y no con la tristeza que me envolvía cuando me fuí, la depresión, es un concepto que escuchamos muy seguido y pareciera muy común decir, estoy deprimido, pero no hija, la depresión es un demonio que se mete en tu cabeza en tu cuerpo y en tu corazón, te hace pensar las cosas más terribles y sentir una gran soledad y mucha tristeza. 

Cuando me explicaban que durante el postparto puedes sentir tristeza y el famoso "baby blues", por momentos pensé, debe ser más común en mamás que pasaron un embarazo  difícil, tienen que regresar inmediatamente a trabajar, o atraviesan alguna situación personal que pudiera desencadenarla, y este no era mi caso, sin embargo, la depresión llegó, tuve siempre a tus tías cerca de mí, contándome sus experiencias y nunca me dejaron sola, los primeros días pensé que nunca se terminaría, mis días eran darte pecho y cambiarte pañales, era como si mi cuerpo y mi alma se hubieran separado y solo funcionaba por tener que cuidarte, no tenía ganas de llorar todo el día pero tenía un sentimiento de ansiedad mezclado con angustia, el pensamiento recurrente era, ¿Cuando se terminará esto?,  juraba que de ahora en adelante mis días serían así,  veía a la gente en la calle y pensaba, ¿Cómo sobrevivieron a tener hijos? ¿En qué momento lograron superarlo e incluso tuvieron más de un hijo?. 

Estar con depresión es salir a la calle rodeada de gente, pero sentirte sola y aislada, pensar que nadie entiende lo que estas viviendo. Sin embargo, el tiempo pasa y te das cuenta que nada es para siempre, lo entendí muchos días después, en mis peores momentos le escribía a tu tía y le pedía  que me repitiera que esto también pasaría, y efectivamente pasó.

Cuando estamos embarazadas, no nos preparamos para lo que significa cuidar un bebé, sabemos que es demandante y cambia tu vida, pero nunca lo entendemos hasta que lo vivimos. Tú fuiste una bebe maravillosa, estoy segura que sabías que tú madre no estaba preparada y decidiste ayudarme, desde los 8 días de nacida,  dormiste mínimo 5 horas en las noches, aunque dormías poco en el día, podías estar tranquila sin llorar en tu carreola o en tu cunita, me sonreíste desde muy pequeña, tenías apenas un mes y medio y me enamoraste, sabías cuando darme esa sonrisa y me mirabas fijamente por largo rato como queriendo decirme, mamá vamos a estar bien, té prometo portarme bien, vamos a estar bien .

martes, 10 de julio de 2018

Cambio de vida


Llegue a México con tu papá hace 2 años, feliz porque por fin estaríamos juntos, llegué a trabajar, algo que era lo único que sabía hacer en los últimos 12 años, debo confesarte que no amaba mi trabajo y odiaba a mi jefe, pero siempre amé subirme a mis tacones, maquillarme e irme a comer el mundo, estar todo el día en la oficina, era para mí algo habitual y lo disfrutaba, más aún, acompañado de un salario con el que podía comprar ropa, bolsas, zapatos y uno que otro viaje que era lo que más disfrutaba de mi vida. 

Ese primer año fue todo un proceso de adaptación, nueva empresa, trabajo, rutinas, sin embargo, tenía la esperanza  que mi siguiente trabajo sería mejor, por lo que trabaje ahí  exactamente un año, y me fui tranquila, a sabiendas que vendría un nuevo trabajo una mejor empresa y muchos más amigos y colegas por conocer. Sin embargo, la vida me tenía la más grande sorpresa que jamás me habría imaginado, llegaste un primero de julio sin aviso sin señal sin espera, y mi siguiente año en México cambio toda mi vida, desde el momento en que supe que llegabas, a la noticia, lo acompañaron los malestares, los vómitos, el cansancio y el miedo, no puedo quejarme, viví mi embarazo como yo quería, tranquila, en casa. 

41 semanas después, llegaste tú, de un día para otro te tenía en mis brazos y tenía que saber que hacer contigo, porque eras mía y de nadie más, tú padre es un hombre maravilloso que siempre está ahí para ambas, pero tú, eras mía. 

Llego un día en que todos se fueron y solo éramos tú y yo, mi miedo era tremendo, todo era desconocido, nunca en mi vida me sentí tan sola y con ese miedo que me calaba el alma. Extrañe a mi familia y extrañe tener amigas, mi red de apoyo estaba muy lejos, a un chat de distancia, pero lejos, mi cambio de vida me llevo a no tener mujeres que vivieran lo mismo que yo, y eso me estaba pesando. Pase días solo dándote pecho y medio viviendo, esperando a que pasaran las horas, para que llegara tu papá y me ayudara un poco. Necesite de tus tías y tus abuelos, quienes se turnaron a visitarme durante varias semanas porque yo sentía el mundo en mis hombros y que nadie lo entendía. 

Sane de poco en poco, empecé a encontrarle sentido a las cosas y llego el día de volver con tus abuelos a casa. Ese día recuerdo iba tan triste, era una mezcla de emociones,  ese miedo que me tenía como zombie, me sacaban de mi mundo y por momentos pensaba que no sabría que hacer contigo. Llegué a casa con tus abuelos y pase unas noches terribles, pensando en cómo me arrepentía de ser madre, si hija lo siento, pero me arrepentí y lloré mis más amargas lágrimas y te veía como un ángel dormida y me repetía, ¿que hice? ¿porqué lo hiciste?. 

Los días pasaron, los aceites llegaron, tus tías siempre estuvieron y tus abuelos no me dejaron, llore con tu papá por teléfono tratando de explicarle lo que me estaba pasando, tu papá sin entender solo hilaba decirme tú tienes que estar bien y Majo estará bien, la fórmula llego y con ello paz en mi corazón, ese miedo y tristeza se fueron de un momento a otro, el sueño regreso y empecé a encontrarle sentido a esto, entendí y acepté mi nueva vida, solo necesité llenar de mucho amor mi corazón para regresar a casa, esperanzada, a que estaremos bien tú y yo, que voy a volver a encontrarme,a ser una nueva yo.


El paso de los días




Somos comunalidad, me dijo un día tu tía, estás construyendo tu aldea, tu tribu, estás reconstruyendote y eso toma tiempo. 

Los días pasan y mi cuerpo sigue sin sanar, me siento débil y cansada, me veo al espejo y no me reconozco, tú demandas mi presencia, mientras yo intento descifrar lo que siento, mi cuerpo tiene estrías y piel flácida, mis pechos gotean leche y duelen, darte de comer es doloroso y agotador, y aun así, encuentro fuerza para seguir adelante, cuidarte y velar porque estés bien.

Por días me pongo en pausa, dejo de sentir y me dedico a tí, a cuidarte y abrazarte, mis necesidades quedan de lado y me dejo llevar por la inercia de la maternidad, no puedo detenerme a llorar mis heridas físicas ni emocionales, solo sigo adelante y sobrevivo, pienso que ya paso un día más y pronto estaré bien. Me refugio en mi tribu, en tus tías, ellas me escuchan, me apoyan y hasta me hacen reír, y me juran que pronto pasará, que nada es eterno y que pronto estaré mejor. 

Los días son largos y los meses cortos, me dijo mi doula, y efectivamente, el tiempo pasa lento y cuando menos me doy cuenta estas por cumplir 1 mes, las horas pasan, entre dar pecho y cambiar pañales, y me pregunto si soy la única que esta viviendo así, si todas las mamás pasan los días igual o solo lo estoy viviendo yo y me encuentro sola en este viaje.

Cuando te veo, entiendo, que eres mi maestra de vida, gracias a ti conocí la paciencia, esa que me hizo aguantar días enteros en casa, solo dándote de comer y cambiándote pañales, esa misma, que me llevo a tomar con calma esta nueva vida, que todavía no entendía, y que en este momento que escribo todavía no entiendo. Paciencia que me lleva a ir un día a la vez, porque planear es muy pronto para mí, paciencia que me dice, si vas a poder, aguanta un poco más; esa misma que me hizo atravesar la maternidad en soledad, lejos de casa y de mi tribu.

Hoy te escribo de madrugada, son las 3:54 y te tengo acostada en mi cama, te veo y pienso en lo hermosa que estás, me repito, aguanta solo un poco más y esto también pasará, te veo indefensa, y solo quiero protegerte, abrazarte a mí y cuidarte, pero también, quisiera dormir, descansar y ser yo de nuevo, sanar mi cuerpo y reencontrarme, solo puedo repetirme que regresaré no sé cuándo pero regresaré.